viernes, 15 de junio de 2012

Silken Ciudad de Gijón

No había estado nunca en el Silken Ciudad de Gijón. En realidad, Gijón no es una de las ciudades que más frecuente.

He de confesar que el primer contacto con el hotel no pudo ser más negativo: situado enfrente de un paso elevado por el que circula abundante tráfico, situado bastante lejos (a pie) del centro de la ciudad, con amplias vistas a un gran aparcamiento… Y sobre todo, ese aire pretencioso de los hoteles que intentan tener un puntito de singularidad, de diseño innovador que acaba por irse de las manos.



Sin embargo, y aquí viene lo mejor, los servicios del hotel no solo son muy completos, sino que además, superaron mis expectativas (sobre todo las que me cree en un primer momento).

Tiene un restaurante que sin dejar de apostar por productos tradicionales (fabada, carrilleras…) le da un toque de modernidad muy interesante. Riquísimo el sándwich de chocolate y foie de aperitivo, y también la mousse de yogurt. También se agradece la variedad de panes del desayuno.

El gimnasio es muy completo y sobre todo, tiene una amplitud que hace acordarse de esos hoteles que por decir que tienen tal servicio, lo meten en espacios que recuerdan a zulos.

Y en la planta -3 ofrece una pequeña piscina y una zona de spa de las más cuidadas que he visto. Un servicio muy recomendable y gratuito.

Por último, tienen un personal muy amable, pero sobre todo, que se esfuerza porque la estancia en el hotel sea lo más agradable posible. Ese tipo de personal con el que todo es más fácil y agradable.

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