Un nuevo descubrimiento. Yo no soy muy de Tryp. Los hoteles
de la cadena en que he estado no me han dejado un buen sabor de boca. Pero ya
tenemos una excepción: el Condal Mar.
El hotel quizá está demasiado entregado al diseño (una planta
muy singular -oval, decoración muy sofisticada que en ocasiones, cae en el
exceso…) y sobre todo, se encuentra ubicado en un entorno urbano, por decirlo
con elegancia, deprimido que invita a quedarse encerrado en el hotel o en la habitación observando desde sus ventanas el paisaje y el paisanaje característico de un espacio urbano por recuperar y poner al día.
Y es cierto que el visitante encuentra motivos más que de sobra para no abandonar el hotel.
Sin duda, uno de ellos son las habitaciones amplias y bien equipadas. En particular, sorprende el albornoz, la tetera y sobre todo, ¡la plancha y la tabla de planchar! guardadas en el armario de la habitación. También la bicicleta estática en las habitaciones fitness.
No le está a la zaga una interesante terraza con piscina en la azotea (que seguramente ofrece un agradable lugar para disfrutar de una copa en primavera y verano). Y en menor medida, un hall con diferentes ambientes, un gimnasio bien equipado y amplio, un restaurante cuidado y con precios razonables, aunque quizá las cantidades podrían ser algo menos escuetas)…
En definitiva, un hotel sorprendente que se convierte en una opción interesante para aquellos que no busquen estar en el corazón de la ciudad.